HISTORIA Y ECONOMÍA ESPAÑOLA SIGLO XX

El inicio de la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939 determinó el aumento de dificultad para procurarse los suministros indispensables y las posibilidades de transporte marítimo quedaron seriamente limitadas, con lo que toda labor de reconstrucción económica quedó aplazada. El gobierno implantó una política de autarquíaEsto consiste en la búsqueda de la autosuficiencia económica con la intervención del Estado en la misma. El gobierno impuso un extenso sistema de controles estrictos e intervino en muchos aspectos de la vida económica del país.

 Entre los elementos sujetos a regulación figuraban los precios, el comercio exterior, las inversiones y la distribución de materias primas.Los resultados obtenidos no fueron los esperados, sufriendo España en estos años un hundimiento de la producción agrícola e industrial, con una gran importancia de la corrupción.

El final de la guerra mundial en 1945 no mejoró la situación de los problemas económicos de España. Los demás países europeos estaban tratando de resolver sus propios problemas y la escasez de alimentos y materias primas estaba extendida por toda Europa. España fue excluida por los Estados Unidos del Plan Marshall para la recuperación de Europa y esto acentuó la crisis y el aislamiento de la economía española.

El fracaso del modelo autárquico obligó al régimen a virar la política económica. Se liberalizaron parcialmente los precios, el comercio y en 1952 se puso fin al racionamiento de alimentos de primera necesidad. Los españoles pudieron comprar libremente a partir de entonces algo tan básico como el pan, aunque el hambre perduró muchos años más.Se dicta un plan de estabilización que toma las medidas adecuadas para reequilibrar las grandes magnitudes.

A mediados de los años sesenta y tras el éxito del plan de estabilización, España se encontraba en una situación de cierto equilibrio y desahogo económico, pero se perdió la ocasión para llevar a cabo una verdadera liberalización económica. La existencia de fuertes intereses corporativos arrastrados de veinte años de autarquía, consiguieron que los mercados continuaran fuertemente intervenidos y lograron así la permanencia de una gran cantidad de situaciones de privilegio. Desde el lado exterior los aranceles permanecieron lo suficientemente altos para impedir una competencia real del exterior, situación que continuaría hasta la entrada de España en la Comunidad Económica Europea en 1986.

En los últimos años del régimen franquista, 1973-74 la fuerte subida del precio del petróleo produjo hondas repercusiones en España, dado su carácter de país no productor de energía, fuertemente dependiente de las importaciones petrolíferas, con un modelo de crecimiento industrial basado en procedimientos intensivos en consumo petrolero.

La economía española se enfrentaba, en 1977, a una crisis económica que golpeaba toda la economía mundial y que se agudizaba en el caso español por la situación que presentaba el país en cuanto a niveles de inflación, creando un déficit de 5000 millones de dólares.

La economía española pudo tener un prolongado crecimiento entre los años 1995 y 2007 con una buena media anual de crecimiento, provocado sobre todo por la entrada de España a la Comunidad Económica y Monetaria Europea. El acontecimiento que frenó este crecimiento continuo fue el sumergimiento de la economía española en la Crisis de 2008, conocida sobre todo por la burbuja inmobiliaria, en la que estamos todavía relativamente.



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